Kobe Bryant
Kobe Bryant ha sido un deportista de un sólo equipo. El púrpura y oro de los Lakers fueron su segunda piel durante media vida. Entre 1996 y 2016 vistió los dorsales 8 y 24, casi a medias, como si fueran dos jugadores en uno; del joven de físico brutal al jugador maduro, líder y forjador de una leyenda. A Kobe le sobró un equipo para convertirse en leyenda. A Kobe no le hizo falta más para convertirse en un ejemplo. Es complicado ver hoy en día a deportistas que sean fieles a un mismo equipo, a unos mismos colores. La relación de Bryant con los Lakers se basó en una fidelidad mutua. El jugador supo estar a la sombra del inmenso Shaq cuando tuvo que estarlo, pero también supo ser la máxima estrella en su momento.
El accidente de helicóptero de este domingo se ha llevado a una leyenda. Al 24, que va después del 23. Al primer apóstol de Jordan, al jugador que ha marcado una época para un equipo y para la NBA. Kobe ya era considerado como una leyenda del baloncesto, porque ha sido uno de los mejores jugadores, con su fallecimiento se ha convertido en un mito. Deja un legado inmenso. Escuchaba a Jorge Garbajosa decir de él algo muy extraño entre los deportistas: “Era tremendamente culto y educado”. Es decir, de los deportistas, cuando están y cuando se van, lo que se destaca es que sean buenos o malos, polémicos o tranquilos, jugadores de equipo o chupones… Pero no, Garbajosa ha querido destacar su educación y cultura.
A Kobe Bryant le querían -y mucho- quienes le conocían. Otro de los apóstoles de Jordan, LeBron James, se sumía en la tristeza y las lágrimas dejando claro lo importante de una figura como Bryant. Pau Gasol se refería a él como su hermano mayor; Marc Gasol tenía claro que el domingo no tenía que haberse jugado al baloncesto en la NBA por motivos obvios y también Rafa Nadal tenía palabras y detalles con él tras uno de sus partidos.
A Bryant le recordaremos como un jugón, de esos que dejaba sin saliva a Andrés Montes, de esos que, con una calidad y personalidad estratosféricas, eran ejemplo para los niños y los mayores que aman el deporte. A Kobe se le recordará, con el 8 o el 24, siempre de oro y púrpura, siempre en el Staples. A Kobe le recordaremos siempre.
Publicado en vivamalaga.net