El solar

septiembre 17, 2019 0 Por fjcristofol

Málaga es experta en desaprovechar grandes oportunidades; igual de experta en inventárselas donde nadie las ve. Lo que quito por lo que pongo. La ciudad tiene un reto sencillo, pero es cierto que cualquier conocedor de la realidad política local tendría el corazón en un puño esperando a ver la ocurrencia que sale de La Casona. La Plaza de la Merced pasa por unos días históricos, y es que su vecina, la semi desconocida Plaza de María Guerrero está en plena transformación. El vallado de la manzana de los cines Astoria y Victoria nos invita a soñar con un futuro halagüeño, un futuro mejor para una de las fotografías más vergonzante de nuestra ciudad. Los edificios en ruina en pleno corazón del turismo; los edificios en ruina en pleno corazón de un centro histórico que, precisamente, vive sólo de su fisonomía. El centro de Málaga no puede permitirse, en su papel de plató de muestra, mantener ese grano en la esquina más visitada. Aunque en Málaga uno nunca sabe.

El solar que quede cuando, tras unos meses de trabajo, el horrendo edificio haya desaparecido se presentará como la posibilidad de que la nefasta gestión municipal pueda quedar diluida. Millones de euros dilapidados, años de la nada más absoluta disfrazada de cartel anunciador, proyectos sin enjundia, mercados pasados de moda… La realidad de la Plaza de María Guerrero puede suponer un punto de inflexión en un modelo de centro que va camino de su muerte. Muerte por éxito, claro, pero muerte. ¿Qué más da morir en la miseria que morir a lo James Dean? 

El proyecto de la Plaza de María Guerrero es medianamente ilusionante, pero habrá que andarse ojo avizor. En Málaga uno nunca sabe por dónde pueden avanzar los acontecimientos en nuestra ciudad. Si, de verdad, en un plazo coherente, se realiza el proyecto en marcha, Málaga contará con una extensión de la Plaza de la Merced, un espacio abierto, aunque sin un triste árbol. En Málaga no nos gustan los árboles, tenemos esa manía. La idea del auditorio subterráneo suena bien, sobre todo porque sumando las capacidades de todos los auditorios cercanos (Cánovas, Albéniz, Echegaray o María Victoria Atencia) no llegan a las 1.500 plaza que tendrá, supongamos, el futuro espacio de La Merced. A pocos metros del Cervantes existirá una alternativa al gran teatro malagueño. Eso es lo que más ilusiona. Por eso es lo que hay que esperar con menos ganas, porque en Málaga uno nunca sabe.

Publicado en vivamalaga.net