El pregón
El pasado viernes se celebró el pregón anunciador del Carnaval de Málaga. Fue, como de costumbre en la Plaza de la Constitución, un pregón que salió a la calle cuando Pepelu Ramos era presidente del Carnaval de Málaga, un acierto. Una plaza llena esperando que ocho voces proclamaran que la fiesta de la libertad daba comienzo. Uno de esos era yo, el menos oportuno del equipo. Allí estuve, rodeado de primeros espadas, de presente, pasado y futuro de una fiesta que les necesita en el día a día para seguir en el arduo trabajo de crecer e imbricarse de forma absoluta en la ciudad. Hace falta el carnaval y para eso hacen falta carnavaleros como estos.
Como te digo, yo era el menos oportuno. Me tocó estar rodeado de los grandes de la fiesta, dos de ellos a los que nunca habría que dejar marchar ni alejarse, como Pepe León y Juambe Cobos. Dos cabezas pensantes y actuantes que valen su peso en oro. En el escenario estaban también Dede Cortés y Antonio Carlos Rojas. Dede es más que un comparsista, porque a él me unen otras muchas aficiones, ideas y momentos, es alguien que siempre tiene la sonrisa en la boca; una de esas personas que siempre ayudan cuando pueden. Antonio Carlos es puro carnaval, sus venas laten al compás del 3×4 y poca gente ha hecho tanto por el carnaval como él y su familia.
En el otro lado del escenario estaban los murguistas. Tres actores de Goya, tres perfiles distintos y complementarios, tres tipos con una creatividad infinita: Manu Robles, Carlos Pariente y Miguel Ángel Merchán. A Manu Robles se le echa de menos en las tablas, un tipo con ingenio, con un humor fino e inteligente al que espero ver el año que viene disfrazado… Hace falta. Con Carlos Pariente he vivido más que el carnaval, nos hemos sentado en la misma redacción y hemos pasado horas de directos en la televisión, un tío con el que trabajar tranquilo porque siempre tiene la solución para un problema. Por último, Miguel Ángel Merchán, un murguista total al que le tocó representar el papel de la locura… parecía hecho para él. Merchán es, seguramente, el que más me haya sufrido en las calles con mis persecuciones casi obsesivo-compulsivas.
A disfrutar, que es carnaval. Es Málaga y es Carnaval, un escenario preparado para que ocurran cosas fantásticas. Es Málaga y es Carnaval y está todo preparado para que la imaginación y el arte se den la mano y nos traigan como fruto la creatividad. Es Málaga y es Carnaval y las calles suenan a coplas.
Publicado en vivamalaga.net