De catequista a monje budista
Publicado en El Mundo
Hace poco más de 10 años Tenzing Sönam era catequista de la comunidad salesiana de Málaga, archicofrade de los Dolores de San Juan y un gran aficionado a los carnavales. Ahora mantiene su afición por la Semana Santa y por la fiesta de don Carnal, pero hace una década decidió seguir las enseñanzas de la filosofía budista tibetana y hoy es el primer monje budista malagueño.
Eduardo renunció a su identidad, un símbolo de la nueva vida como seguidor de la religión budista. Su nuevo nombre, Tenzing Sönam, es una herencia de su maestro, Gueshe Tenzing Tamding y de Tenzig Gyatso (el actual Dalai Lama).
El monje malagueño se sintió atraído por la filosofía budista mientras estudiaba autores de todo tipo. «Leyendo me di cuenta de las similitudes con el cristianismo, pero también me di cuenta de que lo que yo pretendía era más parecido a la religión budista», afirma. Entonces comenzó a seguir por varias ciudades a Gueshe Tenzing Tamding, quien actualmente es su referente en la vida.
Un día, después de recorrer casi media España, su maestro le pidió que se acercara: «Me dijo que estaba gastando mucha energia y dinero tontamente y que le invitara a mi casa, reuniera a un grupo de gente y él acudiría a enseñarnos. Y así fue».
Así, hace cinco años se fundó el centro budista tibetano Amitabha Chöeling, en pleno centro de Málaga. «Somos más de 15 personas las que sustentamos la comunidad, pero unas 70 u 80 son las que se benefician del centro, que no es más que un piso de alquiler en el que nos reunimos para meditar».
Tenzing Sönam afirma que «en esta vida todos los seres, incluso los animales, sólo tenemos dos propósitos en la vida: buscar la felicidad y evitar el sufrimiento». «Cuando estudias, te das cuenta de que buscas la felicidad en los objetos equivocados que sólo nos reportan sufrimiento. Tenemos que buscar la felicidad que permanece. A mi me la da el altruismo, ayudar a los demás», añade.
Aunque no es un erudito, el monje visita habitualmente otras comunidades para ofrecer conferencias. Por ejemplo, recientemente estuvo en Cádiz hablando del Yoga del buen morir, en referencia a la asistencia a moribundos. «A la gente, a veces, le gusta escuchar a personas de su nivel, no siempre a eruditos. Es por lo que me llaman, yo sólo soy uno más».
En una religión en la que los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos y todos son iguales, Tenzing Sönam no olvida pronunciarse sobre algunos temas de actualidad, como el aborto: «No podemos estar de acuerdo con ninguna cosa que sea privar de la vida a un ser. El aborto no es una medida anticonceptiva, pero tampoco lo condenamos».
A su juicio, «todo iría mejor si los políticos se dedicaran sólo a la política y los religiosos sólo a la religión». Por eso cree «intolerable» que el poder económico de china lleve a subyugar la ética de un Gobierno: «No puede ser que Su Santidad el Dalai Lama no haya sido recibido por ningún presidente europeo, excepto Sarkozy». Sin embargo, en otros países como «Estados Unidos o Canadá, Su Santidad es una entidad reconocida».
La formación de un monje budista es interminable, por eso Tenzing Sönam continúa estudiando, porque el Dharma es muy profundo y casi infinito, pero no se olvida de sus aficiones y ya está escribiendo letras para una murga para el próximo Carnaval de Málaga.