Andalucía, resiste
Se reían hace unos días en Cuatro de los andaluces: “Están siempre de fiesta”. Menudos pamplinas… Que sí, que aquí cada dos por tres tenemos algo que celebrar. Somos muchos y cada uno tenemos lo nuestro, que si las ferias, las cruces, el Corpus, no paramos. Lo curioso es que los graciosos madrileños que proferían aquellas palabras son los típicos que se derriten por entrar en una caseta en la Feria de Sevilla o por pegarse una vuelta por la Feria del Caballo de Jerez. Por no hablar del desembarco mesetario en la romería del Rocío. Este año les han cerrado el patio de recreo. Se han quedado sólo las playas y ya veremos. Nosotros estamos jodidos, porque va a faltarnos dinero por todos lados. Pero aunque importante, el dinero no lo es todo.
Andalucía, resiste. Empezamos con unos números tremendamente preocupantes, pero la cosa se ha calmado. Hemos sabido contener y, por ahora, como bien recalcó el presidente Moreno el domingo, por ahora, vamos bien. El miedo está y el bicho no para, pero gracias a Dios seguimos teniendo, junto a Murcia, una de las menores tasas de contagio por cada 100.000 habitantes. Pero joder, que el bicho no lo es todo. Yo no sé tú, pero qué nos gusta la gente. No he hecho más videollamadas grupales que en estos días. Necesitamos el contacto, eso está claro, pero a falta de contacto bueno es juntarse a tomarse una copa, aunque sea con un iPad de por medio.
En Andalucía tenemos tablas y tenemos aguante para disfrutar incluso cuando sufrimos. Esta semana en la que todos estaríamos empezando ya a salir del trabajo y a pelearnos por esquivar las montañas de sillas que se agolparían en el Centro de nuestras ciudades. Ay, qué duro se nos va a hacer. A los cofrades es obvio que nos dolerá saltarnos un año y aparecer, de repente, en una dimensión diferente. Más de 600 días sin un Domingo de Ramos… Pero eso se puede sobrellevar. Lo que nos va a costar es reponernos del rejonazo que tenemos encima. Mucha mano izquierda y un par de narices para remontar este golpe fatal para nuestra economía. Está claro que vivimos de lo que vivimos y sin Semana Santa, ferias, Rocío y otras fiestas de guardar, nos quedamos a dos velas. Además, nosotros, que salimos a la calle como los mosquitos a la luz, vamos a tener que empezar a ver y hacer las cosas de otra manera. Somos andaluces y resistiremos, pero nos va a costar. Sobre todo porque llegará el verano y tendremos que aguantar a los madrileños que nos dicen que estamos todo el día de fiesta.
Publicado en vivamalaga.net