El cartel

enero 14, 2020 0 Por fjcristofol

El cartel de la Semana Santa de Málaga se presentó el pasado jueves. Cada año, porque si no fuera así habría algún problema, se levantan, a la par, loas y feroces y destructivas críticas. No podía ser menos. La obra de José Luis Puche ha sido, efectivamente, alabada y destruída. Aquí, en esta Plazuela, se mantiene una opinión cercana al triunfalismo. Sí, es un cartelazo. Una obra distinta para una Semana Santa igual. Quizá el problema estribe en que los cofrades muchas veces exigimos salir de la zona de confort a los demás, pero no tenemos valor de hacerlo cuando nos toca. Esa sería una explicación a lo que se ha leído como crítica destructiva. Porque del cartel siempre se escucha una opinión intermedia, esa que se alza con la tibieza del “sí, pero…”. Sí, es una buena pintura, pero no es un cartel. Yo soy un hombre muy primario, terriblemente sujeto a las pasiones. No pienso casi. Cualquier cosa que les dijese, iba a ser una tontería.

El cartel de Puche es un cartel como la copa de un pino. De hecho, no es un cartel, son muchos carteles. Son ideas rasgadas con sentimiento, como rasgó Puche el envoltorio en esa performática presentación en la que el sonido, la luz y la obra se convirtieron en parte del cartel. El recuerdo que lucha contra capas de actualidad, contra el tiempo y el ahora, que tiene que pelear con vueltas de papel inservibles para llegar al origen. El cartel de carteles es una imagen hecha de imágenes que evocan una Semana Santa personal, muy personal, la del autor, pero que se parece a la de muchos cofrades que han vivido tantos y tantos días detrás de un palio, o que han recibido la formación de mano del más sabio de los abuelos, que siempre es el de uno. 

El cartel de la Semana Santa de Puche es el cartel de la Semana Santa de todos los que vemos un grito en la pared, los que vemos un nazareno no sólo en el recorte, sino en cada esquina, en cada hueco, en cada sueño y en cada día. Así somos los cofrades. Vemos la mano del Señor en cada día torcido, el farol que alumbra con su luz las noches tristes y la alegría del palio que se mueve con gracia cuando vivimos la hermandad. No, el cartel de Puche no es de Puche. La idea será suya, la ejecución también, pero en esta obra tenemos un poco de todos: música, familia, religión, oración, oro, hilo, metal… tenemos Semana Santa. Y de eso se trata.

Publicado en vivamalaga.net